Las primeras noticias de un asentamiento humano en O Grove debemos buscarlas en la Edad de Bronce, hacia el 1500 a. C.
Entre los numerosos restos arqueológicos destacan dos castros: uno en la Siradella y el otro en Punta Castriño.
La presencia romana, aún siendo tardía, dejó diversas manifestaciones culturales, una amplia toponimia y un importante núcleo de población. La situación estratégica de la entonces Isla de O Grove explicaría el porqué de la atracción que ejerció y la abundancia materiales arqueológicos de las culturas romana y prerromana. Como así lo confirman las necrópolis de Cantodorxo y el rico y complejo conjunto arqueológico de Adro Vello (I-XVIII d. C.).
O Grove vivió siempre bajo la influencia de la mitra compostelana hasta el punto de que aún en el siglo XVII el arzobispo nombraba al alcalde de la villa. Bajo un marco jurídico muy jerarquizado desarrollo la vida el municipio a lo largo de la Edad Media, durante la cual sufre frecuentes ataques de normandos; para hacer frente a esto el obispo de Santiago mandó construir una fortaleza en A Lanzada.
La pesca ocupará un lugar muy destacado en la economía local a lo largo de su historia, esto supuso que en época de escasez de capturas la calidad de vida de la población se viera afectada.
En el siglo XVIII surgirá un conflicto con la llegada a la ría de Arousa de los fomentadores catalanes, trayendo consigo unas nuevas artes de pesca mucho más eficaces que las tradicionales. La forma de la pesca tradicional empleada por los grovenses no se aclimatará al sistema de pesca industrial que intentaban introducir los catalanes. Comienza así una nueva crisis que será debida a la falta de apoyo para los nuevos avances, que en otras villas de la ría se estaban realizando.
En el siglo XIX, con la aparición del Estado liberal desaparece el antiguo régimen municipal y surgen los nuevos ayuntamientos. Santiago verá reducidos sus derechos en las dos parroquias: San Vicente y San Martín. También el desarrollo de factorías de salazón, impulsadas por los catalanes llegados de la ría de Arousa, el paso de las tierras desamortizadas a nuevas manos y las posibilidades termales de la Toja llevan a la aparición de una reducida pero diversificada burguesía local (desde fomentadores de la pesca a médicos, hosteleros, etc..). La crisis finisecular castiga a la población y la emigración será la única salida.
En el siglo XX, la emigración constituyó uno de los fenómenos más importantes, dirigiéndose en un primer momento a América y a partir de los años 60 cara Europa. A pesar de esto, hubo un aumento de población gracias al auge de la explotación del mar (pesca, marisqueo y cultivo en bateas), a las industrias conserveras, al turismo y a los capitales llegados de la emigración.
En este comienzo de siglo, se mantienen estas fuentes de riqueza que constituyen el motor de la economía y de la vida de O Grove.
O Grove, península situada en la entrada de la ría de Arousa.
Limita al sureste con Sanxenxo. Ocupa una extensión de 21 Km. cuadrados y está formada por dos parroquias (San Martiño y San Vicente) y una isla poblada, A Toxa.